11 de abril de 2006

nunca han sido horas

Me pongo triste entre las sábanas y estoy a gusto ahí, horas y horas. Lo malo es que se tragan todas mis lágrimas y luego nadie me cree que he llorado.

Me quedo triste entre las horas y me quedo a gusto ahí, arropado por sábanas y sábanas; se tragan toda la noche y luego nadie me cree que no he dormido, porque alguien se comió mis ojeras y no me di cuenta, por estar soñando conmigo junto a tí.

Me quedó un recuerdo para enseñarte cuando regreses y es una flor que todavía no se marchita, aunque ni ella ni yo hemos probado agua, en tanto tiempo.

1 comentario:

noema dijo...

se tragan todas mis lágrimas y luego nadie me cree que he llorado...
amen