1 de mayo de 2006

Súper Villanos 2: El fútbol



“...odiar puede ser un placer cultivable, y acaso las canchas (de futbol)
cumplan la función secreta de molestar a quienes tienen honestas ganas de
fastidiarse. Cada tanto, un Nostradamus sin otro apocalipsis en la agenda ve un
partido, se chupa el dedo y decide que el viento sopla en pésima dirección.
¿Cómo es posible que las multitudes sucumban a un vicio tan menor? El
diagnóstico empeora cuando el Mundial interrumpe las sobremesas y los
matrimonios: los amigos que parecían lúcidos hablan de croatas impronunciables.
Sin embargo, despotricar contra los malos gustos es inútil; nuestra amiga María
preferirá hasta la eternidad los mangos verdes y Nicole Kidman galanes
imposibles de elogiar.” Juan Villoro.

Últimamente mi falta de amigos pamboleros, o por lo menos la mitad de apasionados que yo a la hora de un partido de Pumas, del Barcelona o de la selección Mexicana en el mundial o la copa América, me ha acarreado críticas e incomprensión, mayor aún de la que solemos ser víctimas de nuestros mismísimos padres en nuestra adolescencia. Eso no es lo importante. Siempre he sido un incomprendido y mi falta de capacidad y ganas para explicarme ha logrado que hasta me ufane de ello, más por hueva que por orgullo, y hasta lo disfrute de vez en vez. Pero con el fútbol las cosas son diferentes. Siento la inexplicable obligación moral de hacer algo en defensa del pambol. Motivada más porque durante esta semana no tengo nada que hacer más que extrañar, y ahora que Pumas quedó eliminado de la liguilla, menos aún. Noto en casi todos ellos la obvia superioridad que otorga despreciar algo fácilmente despreciable; la tranquilidad a la hora de odiar algo que no se comprende apoyado todo en la certeza de que eso ni siquiera es digno de comprenderse, porque es naco.

Una vez, después de una derrota de mi equipo favorito, los Pumas de la UNAM a manos de nuestros archirivales, las águilas del América, en la que, como siempre, el árbitro nos robó de la manera más descarada y vil, el mal humor que me hacía insoportable al día siguiente, despareció cuando un tipo que me cae muy bien y considero mi amigo, con la cara más seria y exhaltada que he visto en mucho tiempo, me llamo idiota y me exhortó a pensar y razonar para dejar de sentir mi justificado enojo por la otrora injusta derrota. La risa que me causó eso me provocó un buen humor casi inmediato. No sé, pero me imagino el estupor cuando él y los que piensan parecido, se enfrentan al hecho de que el mexicano le dolió e importó mucho más perder con Estados Unidos 2 - 0 en los octavos de final de la copa del mundo del 2002, que temas verdaderamente trascendentes como el desempleo, el desafuero, la inflación, los violadísimos derechos de los migrantes, la ley Televisa o el éxito de RBD. En ese momento es facilísimo adjudicarle al fútbol las culpas del atraso del país, o adjudicarle al atraso del país el éxito y el fanatismo del fútbol. Pero también, bajo ese principio en toda Europa la gente es naca, pobre y estúpida porque les gusta el fútbol, y el poder del Euro es sólo una falacia que esconde el verdadero atraso de toda la Unión Europea.

Decir que el fútbol es un súper villano puede ocultar temores, rencores y traumas ocultos, iniciados cuando tu papá o tu hermano, o los dos juntos, te quitaron aquel día el control de la tele para cambiarle a las Chivas importándoles un reverendo p*to que estabas viendo tu caricatura favorita, que deben ser tratados de inmediato. El fanatismo, la alegría, los enojos y las tristezas que puede provocar un sólo gol son incomprensibles y tachados de idiotas con probable y abundante razón. Pero lo mismo se podría decir a cuando uno llora, se empeda, se enoja o simplemente sufre por una mujer o un hombre que a todas las luces de la razón, lo más que merece es un escupitajo en la cara con gigantesco gargajo, y luego que te escupa uno más grande de regreso a ti en pleno ojo para finiquitar el asunto; eso y no llantos violentos o desánimo invalidante. Pero tratar de racionalizar el amor es, aunque sean fenómenos totalmente diferentes, idéntico a tratar de racionalizar las pasiones que despierta el fútbol.


Si todos fueran capaces de ver la inteligencia que es capaz de desplegar y demostrar en la cancha un "iletrado naco de Tepito" como es Cuauhtémoc Blanco, "un iletrado naco" que salió de una Fabela brasileña como son Ronaldinho o Robinho, tal vez las cosas serían diferentes. En una cancha de fútbol y en el estadio todo mundo se ve uno a otro como un igual, aunque sea sólo por un instante (como cuando después de una explosión nuclear el diamante y el circón son, los dos ceniza idéntica, igual pasa en un estadio). Un doctor en su palco festejará el gol del Kikín Fonseca igual que el taxista que sólo pudo comprar un boleto de zona C, atrás de la portería. No he conocido otro deporte que pueda hacer eso, ni el básquetbol, ni el béisbol, ni el tenis, ni el golf, mucho menos un concierto de Punk donde el elitismo se da desde la vestimenta. Ni los libros ni la escuela. En ningún otro lado se podría dar un abrazo espontáneo entre un estudiante del Politécnico y uno del Tec de Monterrey. Sin alcohol encima.
Es también la democracia en su más sublime y pura expresión. En el estadio las opiniones son escuchadas, las voces de 100,000 aficionados son respetadas, tomadas en cuenta y capaces de definir el destino de un partido. La corrupción es hasta parte del espectáculo, después de todo, ¿que sería del torneo mexicano sin el América y su tradición, llena de desenfado, de comprar las finales? ¿O del español sin los penales inventados con los que gana el Madrid casi cada mes? Si esos dos equipos no existieran, tendrían que inventarlos.

Culpar al fútbol directamente de la violencia que se puede dar después de un partido, de los intentos de suicidio casi masivos de la gente en Brasil después de que perdieron el mundial de 1950, de los televisores que cayeron a la calle bien peligrosamente después de que Baggio falló el penal en la final del mundial de 1994 es como culpar a las minifaldas de que los humanos tengamos la necesidad de procrear.
Si aquellos fenómenos te irritan y con justísima razón crees que es algo descalificable, ve y dile al individuo suicida y/o al violento que es malo golpear, matarse y destruir electrodomésticos, y si eres psicólogo, dales terapia. O de plano miéntale la madre al policía que fue a reventar a la porra, porque ese sí no te va a escuchar. NO culpes a un gol que jamás podríamos anotar, ni mucho menos a una jugada que jamás podrás hacer, queriéndolo o no, por muy fácil que nos parezca a simple y desinformada vista patear un balón y luego perseguirlo.

Por último una pregunta que les regalo para que la hagan y se diviertan: Vayan a un estadio de fútbol, pregúntenle al líder de la porra local, al cirujano plástico dueño de un palco, o a la estilista cuantas veces han cambiado de pareja en su vida, y luego cuantas han cambiado de equipo. Después, comparen.


Y para concluir: es lo mismo de siempre. Si les molesta el fútbol, no lo vean. Si están en un establecimiento con tele y en ella un partido, salte de ahí, pero no pidas que le cambien de canal. Nadie es tan chingón.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Distinguido colega, amigo, ex-compañero y hermano del género humano (sic)...jejejeje... ni yo entiendo tus INJUSTIFICADOS enojos deportísticos por culpa de un grupo de personas que si bien, representan algo PODEROSO como es la máxima casa de estudios, pues hay te van mis puntos:
1.- Nunca van a compartir contigo (solo de manera simbólica a manera de títulos y orgullo (¿?) de portar una camiseta) ningún logro material o espiritual (si es que el fúcho tiene espíritu).
2.- No creo que alguno de los integrantes del equipo, cuerpo técnico, dirigentes, asociados, patrocinadores etc... quiera festejar o llorar por un resultado en tu casa.
3.- El total de los sentimientos obtenidos tras un resultado negativo, no son justifiación VIABLE, LÓGICA, HUMANA NI RAZONABLE como para "despotricar" contra tus congéneres JA!!, no tiene ni fin ni justificación sustentable.
jejeje, obviamente sabes que soy un grinch para eso, y aunque pareciera que me contradigo, prefiero seguir creyendo que pienso y que soy imparcial... está chido lo que escribíste, es la viva fuente de que existe la libertá (¿?) para poder expresarte como se te de la gana...

Ricardo Santos dijo...

Francamente no pasè del tercer pàrrafo, nunca habìa leido tanto sobre un deporte (a ecepciòn del skateboarding que la neta si me gusta mucho desde chamaquito). El fut bol no me gusta, no me explico el apacionamiento ni el furor que les da alguno que hasta terminan escribiendo un post kilomètrico en su blog.

saludos

noema dijo...

jajaja solo puedo decirte unas cuantas palabras... ASCOOOO!!! ascoo y mas ascoo es lo que siento cuando prendo y veo el fut en mis canales favoritos (televis y tv azteca) pr q pa q hacernos weyes todos vemos amor en custodia y rbd aun q no sean de nuestro total agrado. en fin, stoy totalmente de acuerdo con choco menos con lo q dijo de su deporte q no se ni cual sea, mira q decir tanta incoherencia, ponerse tristeeee porque te pusiste ehh y sobre todo pagar por entrar aun estadio repleto de raza donde tu nalgas se sienta en la pierna de otro y la pat ade otro te pega por atras,,,, te escupen, gritan, sudan guacala asco!!! y pagarpor ver sudar a unos monos??? eso es de maricas jajaja sr ivan no quiero pensar mal pero creo q entre mas sudoroso es el deporte mas excitante es para algunos no??? ay no se el chiste es q a mi no me gusta ni viendolo en mundial.... asco y mas asco,,,
el fuchibol apesta

Iván dijo...

no no... el fucho es la onda pues

pinches anti pambol!

MORADAQUIMICA dijo...

eventualmente lo leere completo señor mateo..su aficion por escribir ..bueno. plagiar documentos extensos puede k te este contagiando.. en fin..

tu aficion por el futbol y la de los demas fanaticos de este me provoca solo una cosa.. ME HACEN REIR.,, SABS K EL FUT ME VALE MADRES..

VENGA PUMAS ¡¡¡ VENGA ¡¡¡ ESO SI ES GRACIOSO GRITARLO CUANDO SU EKIPO ESTA EN UN PÀRTIDO Y USTD SE PONE TODO EUFORICO Y SE ESTRESSA CON ELLOS.. YA PUSS BYE..

Iván dijo...

chale

haré del futbol una causa como el feminismo

ya verán

Anónimo dijo...

Huy... qué sentidos, total, el fútbol es sólo una de las miles de profesiones que pueden ejercer en éste bonito planeta y a lo largo de "ésta" mini vida a manos de un super diosito super-dotado y todo poderoso.
Total, para todo hay locos, para el fút, para el sexo, para la música, para las drogas, como dicen los publicístas de Coke®. Para todos hay algo.
Usted sígale mejo, está chido eso, nomás que no lo hagas como el feminismo... las consecuencias pueden ser horripilantes, puede que hasta mártir político te hagan.

Iván dijo...

y si me desafueran?

eso parece cool

Lagarto dijo...

Analizen y concédanse el momento de ser director técnico de su propia liga, aunque digan que usted siempre será el jugador número 12, bien sabe que no, porque su visión del fútbol es especial y puede hacer movimientos precisos. Usted es el hincha de la pasión, la gloria de las emociones; prepare el fin de semana para su diversión, prepare junio para el Mundial, si le gusta el futbol, sólo prepárese, que esto es muy parecido a comprar cd's piratas u originales de bandas salidas del garage y rendirles culto al poner esos cd's en tu estéreo o discman, o bien, al ir a sus conciertos y verlos sudar mientras cantan el track 8 y tu garabateas adjetivas morbosidades para decirle, pues, cuánto lo adoras.
Es muy parecido a mirar a las rumiantes desnudistas deslizarse cadenciosamente por un tubo empadado de sudor, y bien, pagar por estar ahí consumiendo cerveza tras cerveza.
Es muy parecido a tener un blog y escribir cuánta cosa se nos ocurra, comentar si es posible o necesario o deseable, hablar de la pasión, de la tristeza, de la deshonra que provoca la ausencia de alguien que ya no acaricie una pelota de cuero y gritar ¡gol! y mirar como un estadio entero se levanta a olvidar con ello sus eternas preocupaciones.
Es verdad, el equipo jamás tendrá que ir a tu casa a festejar que sacaste 10 en Química Cuántica (porque muchos de ellos ni la preparatoria terminaron jeje)o que no quedaste embarazada como lo habías creído por meterte con un aficionado al América, ellos nunca harán eso, no es su labor, no les corresponde, no es su pasión la gente, es su pasión la pelota, y el aficionado, el personal común que no puede tratar con esa destreza la pelota, tiene que conformarse con hacer guajiros y escupir al contrario.
El fútbol no es una caguama, un ticket en reventa, una final, la despedida de un jugador, el regreso del ídolo, el campeonato, el gol emocionante o la mejor jugada. El fútbol lo define aquél que está dentro de la cancha, aquél que mira a la gente que visita el recinto, la iglesia del balon. No hay más ídolo que la pelota, no hay más voz que la de un pueblo jodido y una alta sociedad dueña de ese pueblo.
El fútbol no es sólo de 11 hombres habilidosos, sino de quiénes están detrás de ellos y gobiernan en ese deporte.
La pasión (tanto en la vida como en el fútbol) está detro de algunas redes, y algo, sino es que nosotros, debe atravesar una línea límite entre lo normal y extraordinario para poder invertebrarse en ella.

Señor, este post, es un gol que debería estar festajando.
Le voy a Toluca, apóyeme, quiero ser bicampeón como la UNAM jeje.

TORK dijo...

Sobre futbol y religión vean:

http://bizcochodemontecristo.blogspot.com/2007/08/fanatismo-futbolero.html