13 de marzo de 2007

autocinema

cada vez se hace más un trámite, como empezar. Y no sólo esto, todo. Empezar las cosas, la gente, acercarme a donde no quiero, las obligaciones, tomar la primera cerveza, llegar a la primera clase, empezar a leer el libro y después empezar el último capítulo, volver a ver la película, querer llegar a la casa de alguien. Llegar a Zamora, extraño ese pueblo, extraño la calma de mi casa allá cuando llego a encerrarme a cal y canto todo el día y a descansar de todo. Es lo mismo de siempre, ahora es huir, es salir a pendejear con el Ram y la Cit, encontrar que hacer el fin de semana a última hora; entre semana, no llevarse mal con los compañeros del grupo, ir a tomar unas cervezas con ellos y en la embriaguez darme cuenta que no son tan mal pedo, que no los desprecio, que puedo dejar de ser mamón y arrogante a su alrededor y ser un absurdo irónico como siempre, estar despreocupado de una manera tan cómoda que a veces me resulta preocupante. Es lo mismo de hace rato, el vacío que me lleva a alejarme de todos, igual que antes, pero ahora, resulta, hay personas de quien alejarme.

a veces por las mañanas es diferente, descubro que mi alter ego preparó huevos cocidos para el desayuno, a mi sólo me toca hacer el café, desayunar en sueños, viajar en combi y regresar a casa a mantener a raya los episodios oníricos lo que resta del día. “Espero que la película de Alatriste no me decepcione”, leo un libro, veo una película o salgo a encontrarme con que buena nena en el centro.

encontré bastantes citas en las películas el otro día la vi por la tarde y durante la noche estuve en shock, demasiado lúcido, como si acabara de tomarme uno de esos maravillosos cafés con red bull; con el corazón desbocado tratando de descifrar que había sentido; no era odio ni amor, era la nada más absoluta combinada con la humillación que para mi ego supuso el ser correspondido. No fui tan grande, el mundo no va a girar siempre a mí alrededor, creo que tengo que aprender a vivir con eso, como con el Real Madrid, pero de nuevo, las olvide casi de inmediato, en un buró, después llegó alguien y se las llevó todas, seguramente después de que hayan sido distribuidas en el mercado negro, aparecerán periódicamente durante los próximos meses en otros blogs o hasta en revistas y gacetas semanales.

aunque caben todas las posibilidades, tal vez, realmente, no estoy tan Deshabitado (de San Pascualito Rey), tal vez tanto miedo y tanto estrés son parte del cuadro sintomático de alguna hipocondría sicológica, provocada por mi fascinación a con las canciones nostálgicas que están inspiradas en el aspecto más inevitable del amor; ese dolor que siempre, en el fondo, es el motivo de todo el arte que importa y que a mí me hace adoptar una pose de poeta maldito a la menor provocación. Eso no es lo realmente grave, lo malo es que la mantengo durante mucho tiempo después. Tal vez lo único que pasa es que estoy teniendo más cuidado, no quiero cometer errores pasados, no quiero descubrir nuevos rencores potenciales ni vivir enjaulado con posibles fallas futuras. Pero cuando vuelva a suceder, cuando algo realmente duela, volveré a escribir así, tampoco quiero fabricar tragedias para azotarme públicamente, cual Mesías incomprendido o escritor suicida, que le escribe poemas a sus drogas y a las putas, posterior estatus legendario en trámite.

5 comentarios:

Iván dijo...

no se admiten comentarios de Pedro, otra vez

Roberta Sparrow dijo...

Espero que de Alejandra sí.

Clementina dijo...

Ah que bien. ¿Y querés que te comentemos lo escrito? O ¿Nos limitamos a decir que pasamos por aqui y te leimos?

Vengo.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

café y redbull
nada grovie ,supongo haha