la amante que no tiene tiempo para mi

Mi amor se cae al suelo y no se queja demasiado,
“podría ser
peor” se dice y sigue caminando...
Los piratas - M

lo vi en tu teclado, vi nombres fraccionados (a veces el mío) pero muchísimas veces presionados y luego encontré en tu cajón las planas llenas de más nombres y palabras en clave (no lo descifré todo), junto con las espirales que hasta los veinte años los maestros de tu facultad seguían poniéndote de castigo para que mejoraras tu letra. Al final las letras y las palabras estaban desparramadas por ningún lado y las espirales eran apenas una raya temblorosa que parecía decir más de la personalidad de los maestros que de ti, no importa lo que esos idiotas de los psiquiatras hayan dicho al respecto.
te vi el otro día desparramada en una banca, descansando bajo el sol, con tus lentes negros sobre tu cabello como si tus ojos no los necesitaran a las doce del día de un día de verano. Eres una masoquista, y a veces una sádica terriblemente despiadada. Pero eres tan hermosa que eso, como muchas otras cosas que incluyen desde grafitear más de la mitad de las bancas de plaza de armas a plena luz del día frente a la autoridad, en la más indignante y total impunidad, hasta romper corazones a veces de forma completamente deliberada o también a veces por el simple hecho de que das la vuelta en una esquina y alguien, desprevenido y con toda la cara de imbécil le toca verte, las tienes completamente permitidas.
estoy seguro que muchos te han llamado la mujer más hermosa del mundo más de una vez en tu vida, más de una vez en una noche y aunque seguramente lo hacían con toda la intención de engatusarte para llevarte a la cama y cojer de forma sosa y completamente insatisfactoria (para ti), tenían toda la razón, mi vida... en lo que se refiere a que eres la mujer más hermosa del mundo y en tratar de llevarte a la cama, no se les puede reclamar ni su habilidad para detectar obviedades ni su audacia.

me gustas mucho, me gustas un poco más que lo que me gusto yo y eso siempre acaba en lágrimas; espero que ahora tú y todos los demás comprendan mi terror. Menos los psicólogos, no confío para nada en esa cofradía de estúpidos que siempre me ven raro. No confío en muchas personas en realidad, en casi nadie, ni siquiera y mucho menos en ti, cuando te inundas y llueves ahí.

nunca haría nada por ti