13 de marzo de 2009

el amor ensucia todo

*no deberías leer esto

me detesté porque la situación no estaba para bromas y cuando por fin, por fin pude entrar en detalles, recordé muy bien donde estaba; estaba caminando a través de la Avenida Periodismo, muriéndome de calor aunque no hacía tanto; digo, si hacía mucho sol pero lo que me asfixiaba era la manera tan brusca en la que me vi obligado a colgarte el teléfono (y claro, lo poco que pareció importarte); esa fue la primera vez que me replegué a Zamora. No me podía quedar en Morelia, total, tú no estabas ahí, y si algún día volvías no quería verte, no quería enterarme de otro rumor, no quería que me dijeran: ¿a poco no sabías?, no quería ponerme a pensar y volver a encontrar, una y otra vez mis fallas y acabar por detestarte porque, secretamente, te culpo porque ahorita estoy convencido que el amor ensucia todo (así decía en un corto que vi) y que mi casa, asquerosa, está llena de amor derramado, como cuando todo está embarrado de cerveza y cenizas de cigarro después de que hacemos una fiesta

o cuando me contaron como los vieron a ti y a mi roomie acurrucaditos en las escaleras de la Caldera y yo, tan tranquilo hasta entonces, rompí en un llanto completamente ridículo que duró dos semanas y que concluyó desastrosa y ridículamente en tu casa, frente a ti, lleno de mocos y de vergüenza que todavía no se me quita.

***

no soy ningún mártir, (nunca lo somos) por eso me cuesta tanto trabajo escribir esto; cuando te conocí (salías con un amigo de los pocos que tenía, jeje), por ejemplo, ni siquiera había ido a esa fiesta a verte. Pero no fue despecho, para nada, fue algo, estoy convencido, inevitable: hacer el ridículo frente a ti, tratando de fumar. Ahora, eso me pasa muy seguido cuando voy a fiestas pero te aseguro que ya no es igual. Les gusto pero ellas no me gustan a mí, me hartan, me irritan, me impacientan, les sigo el juego un rato porque mis amigos, adorables, piensan que tienen que dejarnos solos. No he conocido a nadie en una fiesta que me haya hecho sentir así como tú aquel día que yo lo único que estaba haciendo era tratar de provocarle celos a mí Niña Esqueleto (que siempre lograba provocármelos a mí, no sabía que ella no quería que yo jugara), estaba tratando, de verdad, de hacerla rabiar, que se encabronara, que se fuera sin despedirse y tú eras perfecta para eso; ya me había dicho lo mal que le caías; me ofreciste un cigarro y yo no te dije que no sabía fumar para hacerte reír y que ella lo viera. Y fue perfecto, se fue detestándome y en dos meses ya había dejado de hablarme, pero en dos meses yo ya te quería, ya dejaba de comer dos semanas y me regresaba caminando a la casa de la universidad para tener lo suficiente para el pasaje del camión que tomaba para ir a verte. Ya recargaba mi celular para poder mandarte mensajes y deseaba en secreto que terminaras con tu novio, que no le hicieras caso a mi roomie, que era el que te contactó primero y el que iba a verte a esa fiesta donde acabé utilizándote, después de que me emborrachaste.

¿sabes lo que pasó después? El universo conspiró para que yo no pudiera pagar la UNIVA y yo conspiré para irme de Guadalajara y buscar universidad en Morelia porque era la primera vez que me enamoraba y cuando eso pasa, había escuchado, no hay que hacerse pendejo, hay que tirarse de cabeza y hay que romperse el hocico, y eso fue exactamente lo que hice. Pero después de un rato, creo, de manera inconsciente, que lo único que estaba haciendo era buscar que me rompieras el corazón... creo que estaba tan asustado como tú.

por ejemplo, me volvía loco cuando iba a tu casa y platicabas con alguien en el msn y te hacía reír más que yo, que ni siquiera era capaz de robarte la atención de la computadora. Después de que habíamos terminado, me volví loco cuando me enteré que estabas saliendo con él; no he cambiado ¿ves?, sigo igual, por si crees que maduré

***

lo demás, lo bueno, lo que me hace sonreír, no te lo voy a recordar, espero que no lo hayas olvidado, ahí tienes el cadillac, el monkyky, los discos que te regalé, los mails que te escribí, la única carta con el dibujo que te hice, para que no se te olvide. Lo desolado que me quedaba cuando tu mamá te empezaba a llamar una y otra vez y tenías que irte, ¿te acuerdas?.

esto sólo lo escribo para recordarte que no soy tan bueno, porque no soporto tu mirada últimamente, no sé que decir cuando me hablas así, como si fuera lo que antes era, y ni siquiera siempre.