El mejor consejo que le puedo dar a esos soñadores adolescentes

o de como me sentí antes, durante y un poco después de mi última decepción amorosa, un poco autoprovocada lo acepto, y que es también un poco como me siento cada vez que se despide antes de irse a dormir.

this is for you, all of you,
you born worn out losers.

aquella tarde... no, ya no era tarde, ya era noche, vuelvo a empezar: bien entrada la noche... perdón, no sé de que hablo, generalmente no sé de lo que hablo cuando hablo de ella. Con ella, por ella, en su lugar. Se entromete en mi cabeza y es un desastre, una calamidad para mi brújula, mi sentido del déber, mi sentido del tiempo y del espacio. Es mi canción ranchera, inolvidable, a veces es un fantasma y en el mejor de los casos queda degradada a simple recuerdo: Ya no te tengo miedo nena

"¿a quién tratas de engañar? (con eco)"...

"voces en la cabeza", suspiro, "te he dicho una y otra vez..." empiezo, enfadado, harto, de verdad harto, cansado de tratar de esconderle al mundo cuanto la quiero, como idiota "...cuanto detesto las voces en mi cabeza, y me importa un duro que sea tu hermosa voz aniñada nena, que se entrometan en mis pensamientos tus ojos espías, almendrados y crueles, devastadores, ¿sabes que tan crueles son?"

a beautiful girl can make you dizzy...*

*he encontrado las mejores citas, las que más me recuerdan a ella pues, en las comedias románticas de adolescentes, las estadounidenses, ya no en los poemas de los que antes me confiaba tanto.

y es que he abandonado todos mis libros en el otro cuarto, lo siento, ya me rendí: estoy harto de sus mentiras, de esos tipos tan falsos llenos de sueños absurdos de viajes a la luna, al infinito y a las estrellas, de aventuras inverosímiles no tanto por sus absurdas tramas de piratas enamorados de doncellas, de príncipes guerreros nobles, amigos de un Bandido como Robin Hood, si no por todo lo que implican: ese subtexto siempre de triunfo o de derrotas idealizadas, de sensaciones irreales

verán, el triunfo y la derrota no tienen nada que ver con eso que escriben en los libros, chicos y chicas. Se los digo de una vez adolescentes soñadores, enamorados de su maestra o de la porrista rubia, del nerd de la esquina, tan prontos a emborracharse por la menor de las estupideces, la más grande en sus ensoñaciones ridículas, ya lo sé: no le crean nada a los novelistas, mucho menos a los latinoamericanos; y aléjense de los poetas malditos por lo que más quieran; también de Calamaro, de Fito Páez y de Charly García (no tanto de Sabina, Sabina es un sabio, un maestro. No es el caso de su gran amigo Serrat que es un cursi, un ridículo de lo peor, un comparsa reprobable al que sólo salva un poco su afición por el Barcelona), de los trovadores que tocan en los cafés de media noche. De sus enemigos si duermen poco.

si quieren ganar en esto del amor (lo dudo, a su edad, han de estar enamorados no tanto de esa chica tan hermosa como imposible, si no de esa absurda sensación de satisfacción que encuentran en esa derrota inevitable, como si formarán parte de la gran novela de los amores ridículos y patéticos), o no sufrir o sufrir agusto, sólo como un paso previo a la victoria, dejen de soñar y sean realistas, véndanle su alma al diablo, por amores, no por dinero**.

**que Sabina, en esto, ya se los digo, es el puto amo. No se va más, en verdad, no podrán competir con él, ya lo dijo todo ¡y de qué manera! Caray.

p.d. Fuck