7 de enero de 2009

voy a necesitar viáticos

no sé si son las pastillas para la gripe (como odio esa pinche enfermedad, porque me hace tomar estas horrendas pastillas), que ya acabé la carrera (y todo el estrés que eso implica), el viaje de 12 horas desde Monterrey a Zamora, no haber dormido bien estas últimas 2 semanas, que no se haya cumplido, otra vez, mi deseo de la paz mundial (pinches israelís, son unos verdaderos malnacidos) o que estoy escuchando Blood on the Tracks. O todo. El caso es que me siento deprimido.

me encanta viajar en camión, la verdad, pero estos últimos viajes no los he disfrutado, fueron demasiado largos, durante la madrugada, en camiones repletos, en asientos incómodos, etc.

pero sí hubo algo que me gustó, y es que me encanta del paisaje nocturno de las carreteras del norte. Además de esa soledad y esa oscuridad medio iluminada por la luna que ya no puedes experimentar en la ciudad, me fascinan los muchos restaurantes y hoteles para traileros que hay a lo largo del camino. Me parecen intrigantes… ¿cómo será cenar ahí?, pasar una noche en alguno de esos hoteles con agua caliente; siempre he querido hacerlo, ¿será parecido a cenar en La Burbuja a las 2 de la mañana?, pero aún más raro. ¿Se jugarán la vida y la carga los camioneros en juegos de dominó y póker?, ¿Jugaran ruleta rusa?... me encantaría entrevistarlos y cotorrearlos, oye, ¿me regalas una pastilla de esas?, siempre he querido probarlas…no mames, ¿CafiAspirina?; y a las meseras gordas y a las improbablemente hermosas (debe haber) que no deberían estar ahí nada más, sino también en las páginas de alguna novela o un cuento de aventuras, de terror, de algún diario sucio, muy arrugado y escrito con palabras de niño de primaria de un trailero enamorado, y no sirviendo platos calientes a las 4 de la mañana… y a sus maridos o a sus amantes que pasan ahí cada dos meses. O simplemente quedarme en la puerta mirando la carretera mientras pasa la madrugada y en el restaurante todo sigue igual, como si fuera medio día, o tal vez hasta más medio día. Cómo pueden ser para esas personas los días en medio de un desierto como el del norte; no pueden ser iguales que los días en medio de una ciudad más o menos grande. El tiempo debe pasar diferente, la vida debe suceder más de lo normal durante la madrugada que durante horarios de oficina. Pero bueno, esos restaurantes abiertos durante 24 horas serán otras de las paradas que haré durante mi largo viaje a través del país que haré dentro de seis meses.

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Sadly, we know all too well how to kill each other. Killing zombies--that's another story

The Zombie Survival Guide