25 de abril de 2010

fiesta

claro que podría irme a otro planeta, o a la playa, o a otro continente (uno como la antártica, llegar y grabar una película sin actores, una ficción de pisadas en la nieve, de huellas de trineos), a una fiesta retro, llegar y decir a la primera

"me gusta Emily Blunt"

"a mí también"

"siempre he tenido como algo por las mujeres de ojos grandes, o que los abren mucho cuando sonríen o fingen sorpresa"

sonreír estúpidamente luego. ¿Hay otra manera de sonreír? Tal vez lo que pasa es que yo no sé muy bien sonreír, es algo que nunca aprendí muy bien.

Won't you come see me, Queen Jane?, suena en el fondo, otra vez. Pensé que ya había pasado mí etapa Bob Dylan. Pero resulta que no, aquí estoy escuchando otra vez sus dos o tres discos que siempre escucho, y todos toman Charanda y esperan a ver si la siguiente canción ahora sí es de Kings of Leon.

Every little bit hurts... pero no... y es como si hubiera viajado en el tiempo a los 60's, o como si hubiera nacido en los 50's y me hubiera tocado esta música de los Kinks, Bob Dylan y los Small Faces durante mi adolescencia. Supongo que en unos años conoceré los hoyos funki de verdad, no platicados en revistas como La Mosca o mamadas así, iré a tomar una cerveza mientras alguna próxima superestrella de Rock en tu Idioma toca en el escenario. Más me vale no estar soñando, alucinando o algo así, me decepcionaría bastante.

"a mí también me gusta Emily Blunt", dice ella, por fin. "se ve muy bonita en el Hombre Lobo, con esos vestidos de época y tratando de escapar de esos monstruos; claro, la película es muy mala, pero ella hace que no todo esté mal"

"esa no la vi"

le da otro trago a su bebida.

si esto fuera una película de arte la siguiente escena sería la escena de sexo. Habría un corte y ya, estaríamos en la cama. La vida a veces debería ser más como las películas de arte, a veces los críticos no se dan cuenta de que esos documentales y esas películas largas, larguísimas con escenas contemplativas, llenas de texturas, de paisajes naturales y aeropuertos, no tienen mucho que ver con la realidad. Son fantasías también.