6 de mayo de 2010

la chica más guapa de la ciudad

es un rumor, una plática de cerveza, la musa de alguna canción de Calamaro, es una historia contada mal, a medias (porque es imposible contarla bien, hacerle un cuento o un cortometraje), alguna canción inédita de Agustín Lara; baila mientras camina, mientras habla, mientras mira y mientras se queda callada, bailó con las manos todo el tiempo que estuvimos esperando la combi, mientras yo me convencía de la imperiosa necesidad que tengo ahora de comprar un tocadiscos, de tener un departamento donde los vecinos no se quejen del ruido.

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mientras caminamos vemos un cártel que anuncia el nuevo concierto de Fernando Delgadillo, esos trovadores sacan un disco nuevo cada 15 minutos, y lo digo sin envidia, me gustaría ser así de prolífico cualquier día, tener esa habilidad para escribir canciones y cantarlas, no tener siempre esta carísima necesidad de contratar tríos, mariachis o poetas

y hacerlos interpretar:

canciones de Bright Eyes

canciones de The Walkmen

canciones de Jessy Bulbo

canciones inéditas

los clásicos más oportunos de José Alferedo Jiménez

es decir Serenata Huasteca, faltaba más

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las necesidades del arte rara vez tienen que ver con las necesidades del corazón, aunque se trate de pretender lo contrario; a veces el arte sólo necesita que nos olvidemos de él un rato y que simplemente seamos nosotros mismos, tan ridículos como siempre, tan desnudos abajo de la regadera o frente a una mirada prolongada y atenta, de ojos grandes.

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improvisar la plática como si se tratara de una canción de Jazz (tan poco que conozco yo de Jazz, esto no puede ir bien), improvisar las miradas, fallar de nuevo, llegar con un plan para la próxima, anotarlo en post its, guardarlos en la bolsa de atrás, revisarlos cuando se distraiga mirando el reloj de catedral, ver que nada va conforme al plan, tirarlos en un bote de basura, seguir improvisando, pensar con honestidad esto de hacer planes es estúpido.

darse cuenta que todo va conforme al plan, su plan seguramente, el plan de los demás, de los transeúntes, de los agentes de tránsito, es bastante sospechoso eso de que detengan el tráfico para dejarnos pasar, pensar; mientras, seguir rastreando su boca; me gusta su boca, como habla, como de repente se nos olvida de que estábamos hablando para empezar y sólo seguimos el ritmo como de las canciones inéditas de los Small Faces.