3 de marzo de 2011

Sobre la verdadera razón de porque no me gustan los días aburridos y calurosos

es otro día aburrido… (como esta canción de Fobia que estoy escuchando en este momento… pase otro largo invierno, 200 sábados sin ti -bostezo-) y me acordé tanto de ella. No sé si será un halago o no decirle que, sí, pienso muy seguido en ella, pero mucho más los días más aburridos, cuando más calor hace, cuando menos ganas tengo de tomarme una cerveza ni de encontrarme a nadie que conozca en la calle mientras camino rumbo a mi parada.

es más, seguro ahorita voy a ir a soñar con ella. Por eso no me quiero dormir y estoy aquí haciendo tiempo. Viendo webs de deportes, las noticias sobre la tan publicitada censura que acaba de recibir Presunto Culpable, la tercera o cuarta repetición de Sportscenter y escuchando las terribles canciones del último disco de Fobia. Por su culpa.

¿ven como si es mala?, pero nadie me quiere creer… pues como, dicen, con esa sonrisa (sí, es muy bonita), esos lentes, ese peinado, sí... tan linda que se ve, tan inteligente que es y además baila tan bien las canciones de Calle 13 pero también las de Imelda May, las de los Yeah Yeah Yeah's... en fin, canciones que ni siqueira sabía que se podían bailar. Y entonces ahí van derechitos a enamorarse, y a mi me dan unos celos y una lástima.

no, hoy no voy a dormir, definitivamente. La última vez que dormí y soñé con ella, en cuanto empecé a soñar me di cuenta (apagué y prendí la luz del lugar y no se apagó, luego chequé mi reloj digital y los números estaban hechos un desmadre) y decidí que, si estaba en el bar (siempre está, en ese sueño) no me le iba a acercar ni iba a dejar que se me acercara, caminando decidida, mirándome fijamente todo el tiempo hasta que llega a mi mesa donde estoy inexplicablemente solo (a los bares nunca voy solo, al cine sí, al súper, a alguna obra, función de danza contemporánea o exposición de arte, pero nunca a los bares) y se sienta, tan segura de que la quiero tanto y me empieza a hablar con unos reproches que tengo que callar a besos. Carajo, ya me sé a la perfección su estrategia y ahí voy a caer de nuevo, una y otra vez, a arruinarme tan tontamente las madrugadas. Debería ser como la gente normal, que si descubren que están soñando, prefieren volar, largarse a otro lado.

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