Sobre porque ya no voy a dormir tan tarde

hola, pequeño recuerdo insondable, indescifrable, sonrisa de actriz de teatro al borde de la fama, del reconocimiento y los romances bajo contrato: impecable. (En las madrugadas siempre me pongo así, melancólico, me pongo a debutar recuerdos y a desempolvar amores y rencores y por eso es que vengo, si es que acaso vengo a algo, a anunciar que ya no me desvelaré tanto: comenzaré a dormir más temprano, dejaré de tomar y refrendaré mi compromiso de jamás fumar; ni siquiera un cigarrillo, ni siquiera por amor).

dejaré de distraerme en el mostrador, dejaré de tirar el café en la barra y lavaré bien todos los trastes: seré un empleado modelo. No me enamoraré ya de ninguna artista, de pintoras, de bailarinas, escritoras y actrices de teatro, dejaré de ir al D.F. para ver si me las encuentro en el metro, hundidas en un texto o en el recuerdo de un diálogo, en el último regaño de ese director tirano, viejo, arrugado, canoso y caliente.

empezaré a dormir más temprano porque lo que me mantenía despierto era sobre todo la melancolía, y el penúltimo de mis fantasmas vino a recoger las últimas de sus cosas hace unos días y ya se fue. El último está por irse, en los siguientes meses… la voy a extrañar, como extraña Sabina, apenas lo necesario para componer la siguiente canción, o como extraño cada uno de los calcetines que uno por uno o en pares se pierden en cada viaje a la lavandería.

la voy a extrañar como se extraña un amor imposible cuando te aburres de esa fantasía. La voy a extrañar sin enterarme que la estoy extrañando; es más, ya ni siquiera me acuerdo de sus besos y estoy seguro que ella no se acuerda de los míos, que son tan promedio. Antes, por lo menos eran más torpes, ahora, creo que beso como preparo los cafés americanos.

estoy seguro que, con el tiempo, cuando la recuerde hasta le voy a cambiar el nombre, la voy a confundir con otra; me pasará como me pasa a veces, que no podré distinguirla de algún buen sueño.

después, mucho después, ni siquiera servirá para inspirar las más aburridas de las borracheras. A las 3 de la mañana cantaré las mismas canciones rancheras que siempre canto pero ya no se las dedicaré a ella. Tal vez habré dejado de tomar.