30 de septiembre de 2011

Scorsese y The Walkmen

llevaba tres páginas enteras de un como ensayo que estaba escribiendo sobre Scorsese el otro día, cuando me distraje con Stranded, de The Walkmen. Y después, mi laptop dejo de funcionar de repente (análisis posteriores revelaron que el Disco Duro había muerto, víctima del ataque de un virus despiadado) y perdí todos mis escritos que no estaban hechos a mano.

como sea, hay que entrar en materia, y hoy quise volver a escribir sobre ciertos gustos que tengo, y puedo empezar diciendo algo que durante mucho tiempo he sospechado: Algo no está muy bien conmigo.

y es que uno de mis grupos musicales favoritos no hace otra cosa más que cantar sobre lo mal que se siente tener treinta y tantos años y cuanto añoran sus días de juventud en los bares y fiestas indies a las que ahora sólo invitan a bastardos como Los Strokes: hablan y hablan sobre lo nada populares que son desde que todos a su alrededor se casaron y tuvieron hijos, sobre sus ridículos y patéticos amores prohibidos con mujeres igual de treinteañeras, aburridas y casadas que ellos (ni siqueira el hecho de que estén casadas con otras personas hace interesante el affair, que siempre resulta tortuoso y melancólico y al final del día, completamente absurdo porque nisiquiera hay amor… ni siquiera amerita esta maravillosa canción, parecieran estar diciendo casi siempre en sus últimas estrofas). Y digo que algo malo debo tener porque apenas tengo veinticinco años, (casi veintiseis, mierda) y estoy escuchando estas cosas y sintiéndome completamente identificado con todo lo que expresan estos ancianos… Pero es que como podría no disfrutar esta canción, ¿CÓMO?

The Walkmen - Stranded - Live at Governor's Island from Big Ass Lens on Vimeo.


You don't want me, you can tell me.

siempre que la escucho me dan ganas de ser yo el que la compuso, la cantó por primera vez y ahora la interpreta en los conciertos ante bares diminutos llenos de gente acalorada. Siempre.

***

Igual me pasa con la mayoría de las películas de Martin Scorsese. Verán, cuando un estudiante de ciencias de la comunicación acaba la carrera, es muy probable que, ante los ridículos prospectos de empleo (trabajar gratis o, nada) lo primero que le pase por la cabeza es soñar, y soñar todo el día, dormido, despierto, en el transporte público, en el baño, y una de las cosas con las que sueñas es con ser cortometrajista. Claro, esto no pasa con todos, pero sí con muchos y pasa sobre todo con los que, en su clase de cine, hicieron un corto y les pusieron diez o nueve. Eso me paso a mí. Hice un cortito y fue muy bien recibido por el maestro y creí que mi destino era hacer cortometrajes toda la vida hasta que por fin diera el salto a Hollywood donde podría no peinarme sin pena y en mis contratos, incluir una claúsula donde especificaría que jamás se filmaría durante los partidos de Pumas o el Barcelona, tiempo que usaría siempre para ver los juegos en mi trailer.

y una de mis grandes influencias (que mencionaría en todas las entrevistas) era Martin Scorsese, lo sigue siendo y eso que no me identifico nunca con sus personajes, lo más parecido a empatía que he llegado a experimentar con sus películas fue cuando dos drogadictos me madrearon a las once de la noche en la calle y recordé que los madrazos que recibía se parecían mucho a cuando le rompen la mano a uno de los tramposos en Casino y entendí en ese momento que uno, tenía que empezar a correr ya y dos: por eso es tan poderosa la violencia en sus películas: es tan realista.

yo quería ser cortometrajista y quería hacer películas como Scorsese, pero más que nada, quería ser yo el que hubiera hecho esas películas... todas, menos Taxi Driver y Raging Bull, sus dos obras maestras que no entiendo y que siempre que las veo tengo que ver en múltiples vistas porque me aburren tanto que me da vergüenza confesarlo, pero vaya, que esto es un blog y uno debe ser cien por ciento honesto con las cosas que dice y los sentimientos que expresa. Así que en ese mismo espíritu confieso que no tengo problema alguno con sus películas más comerciales ni me da pena disfrutar muchísimo El Aviador y Gangs of New York. Es más, cualquier día prefiero verlas a Taxi Driver.

ahora, no acabé como cortometrajista pero siempre que puedo, trato de hacer las cosas como Martin Scorsese las haría si esto en vez de una cápsula sobre cortometrajistas fuera una poderosa biopic de un terrible mafioso… en la edición o cuando me toca dirigir alguna escena si se trata de actuación y es siempre divertidísimo y eso, creo, debe ser lo principal cuando uno es fan de alguna cosa: que te divierta a ti y no la reputación que tenga con la crítica especializada porque si no qué sentido tiene, ¿a quién quieren impresionar?

2 comentarios:

Karla Juárez dijo...

Martin Scorsese es muy bueno, a mi si me gusta Taxi Driver en cambio El aviador no, no la he terminado de ver es como la de ET, pero tal vez sea la culpa de Leonardo DiCaprio que me cae gordo.
Pero te entiendo es como cuando me dijeron que no tenía oído musical por no gustar de ZOÉ ni Coldplay.

Deephardy dijo...

Pues a mi tampoco me da pena decir que me gusta más The Departed que Raging Bull; sé que la segunda es superior, pero llega un momento en que...me aburre.

Saludos.