28 de febrero de 2008

se me cayeron los papeles

no, mi niña rosa,
azul,
morada,
dulce de leche,
algodón de azúcar,
cara que no quiero mirar a la cara,
ojos que quiero para mí,
boquita roja y dulce de refresco;
carita de niña linda,
niña hermosa,
mi niña
soy un mentiroso,
a veces despierto y me acuerdo de ti,
te recuerdo antes de dormir,
te recuerdo en la calle,
en mi cuarto,
te recuerdo en la noche,
te quiero.

caminando,
lento,
te imagino y guardo silencio,
evitando hablar solo.
Te ves hermosa,
debe ser la luz,
te ves primorosa,
primaveral,
irreal,
gol de media cancha,
sospechosamente perfecta,
no lloras pero te ves bonita cómo cuando lloras,
no dices nada,
no sabes cuanto.

***

es de esperarse que el Tuca hable de todo, con acento de coronel soviético, villano de Rambo. Es de esperarse que los comerciales del festival de cine de Guadalajara palidezcan en calidad ante los del festival de Morelia. Guadalajara no es tan bonita como sus mujeres. Es de esperarse la tierra empapada hecha un lodo, el calentamiento global, otra derrota del Atlético de Madrid, un saludo inesperado de la mujer que quieres, muchas cosas. Tú, en cambio, eres completamente impredecible, inolvidable, olvidable por tu propio bien, hazme caso, que yo sé lo que te digo, inesperada cuando llegas, cuando no llegas, cuando te vas, cuando no quieres volverme a ver y cuando te acuerdas de mí sin querer. Cuando te quedas callada y yo sólo miento, “ya lo sabía”.

no te quiero besar, no te quiero tocar, no quiero tener nada que ver contigo, con tu cabello castaño rojizo, con tu boca, con tus ojos claros, con tu piel blanca y mucho menos, claro, con tu recuerdo. Ya no quiero pensar que eres hermosa, por eso me concentro en tus groseros defectos; en tu insomnio, en tu silencio, en tu autobiografía, en tu distancia cuando me quieres, en las canciones que te he dedicado cuando te tengo más rabia, en los peligros que corres en las manifestaciones cuando te rehúsas a quedarte callada, a irte, a venir a tomar café y leer en voz alta, a cuidarnos mucho, a besos, abrazos, en la cama, en el cuarto, en la casa, en la calle, en ambulante, en el estadio, en el transporte público, en tus pensamientos obscenos y en los más puros y presentables,