10 de marzo de 2008

Dead Man

Jim Jarmusch es un director de cine, norteamericano. Nunca ha hecho una sola película comercial y es uno de los mejores directores de cine que existen. Es, pues, un genio. Un genio y un maldito poeta. Un mamón, sí, un pretencioso despeinado que triunfa en Cannes, miembro del club de fans de William Blake, y un maldito genio. Hombre Muerto es una película suya; la historia de Johnny Deep, tratando de evitar ser cool por un momento. La verdad es la historia de William Blake, un contador de Cleveland, interpretado por Johnny Deep, que llega a un pueblo perdido en las montañas del Viejo Oeste, en medio de la época de los Westerns. Llega sin más posesiones que las de su maleta, vistiendo un traje decididamente ridículo, con sus padres recientemente muertos y también hace poco, habiendo sufrido el abandono de su prometida que lo consideró un hombre demasiado patético para ella y mejor se fue a buscar a otro. Le han prometido un trabajo, pero al llegar al lugar su puesto ya lo ocupa alguien más, así que hace lo que todo perdedor patético haría en su posición y se va a beber a la cantina. Al final de la noche, como todo perdedor patético, conquista a la mujer más hermosa del pueblo, que no sólo es hermosa, sino que también hace rosas de papel de muchos colores, pero como la película está en blanco y negro no los vemos, solamente sombras. De cualquier manera, ella es realmente hermosa y está loca, nos enteramos de que solía ser una puta y la exnovia del hijo del hombre poderoso que le hizo la broma a William Blake de que lo contrataría. Este tipo, al encontrar a su mujer en la cama con Johnny Depp, como es de esperarse, la asesina de un solo balazo en el corazón. Johnny Deep, al momento, como puede, de manera muy torpe y desesperada, estúpida, le dispara sin puntería hasta que una bala acaba por casualidad en su cuello, junto a la manzana de Adán. El tipo se desangra y se muere en cámara, sin poder siquiera tener el consuelo de respirar ni de un último suspiro, nada más escupe sangre por la boca hasta que se muere con los ojos abiertos. William Blake escapa pero con un precio sobre su cabeza y sheriffs, cazarecompensas y fanáticos religiosos al poco tiempo ya le están siguiendo el rastro y pegando carteles de la recompensa que pesa sobre él por todas partes. Es hombre muerto.

Yo no entiendo a Kurosawa, ni a Kubrick. Recuerdo que traté de ver Los Siete Samurai y tarde cinco días en terminarla. El otro día, un maestro de la uni, nos explicó que gran parte de la grandeza del director japonés radica en la belleza de sus imágenes: cada cuadro es estéticamente bello, como una fotografía de arte. La próxima vez que vea alguna película suya, me voy a fijar. Pero tendré que esperar a que alguien llegue y me explique a Kubrick. Hombre Muerto no es de Kurosawa ni de Kubrick, es de Jim Jarmusch, pero me parece que tiene esa característica fotográfica de la que habla mi pandroso maestro de literatura. Es además, muy chistosa, irónica, absurda, rara, bellísima, y con ráfagas de una violencia brutal y muy cruda. Extraña, como todo lo que hace Jim Jarmusch, pero muy gratificante. Se la recomiendo a todo aquel que tenga la suerte de topársela, ya sea en la sección de arte de Blockbuster o en el botadero de Aurrera o de Mixup. No deberían dejar pasar esa oportunidad.