2 de junio de 2008

televisión

iii

aquí todo nos duele, por eso no podemos dejar de jugar, aquí se extraña de verdad. Aquí dueles porque siempre te vas, no porque le pises los tobillos a tu pareja cuando bailas o porque muerdas cuando besas

iv

aquí todo pasa y todo se va, aquí todo existe y todo es un plan para no extrañar, es estar siempre con la agenda en la mano tratando de recordar que queremos dibujar, a quien le queremos cantar, por quien nos queremos emborrachar, a quien le mentimos, cuantas veces y por qué, si fue para meternos en su cama, si fue un poema mentiroso para enamorar, un te amo más bien indeciso, un no te extraño, un ya no te quiero o cualquier cosa que pudiera funcionar para que no te llamaran débil o chillón, tonto o peor, enamorado.

v

anotamos en una lista todo lo que debimos decir y no dijimos por indecisión, imprecisión o cobardía, llevamos registros precisos de los labios que hemos besado y a que sabían exactamente, de los pechos, las piernas y las nalgas que hemos apretado con cierta desesperación, como si agarráramos un corazón para que no se nos fuera a otra ciudad, otro estado u otro país, que lo mismo da cuando se extrañan imposibles. En mi caso la lista no es tan larga y el inventario, cada año que lo hago no es tan complicado de realizar. Mis notas están desperdigadas por todo el cuarto, eso sí, y entre barrida y barrida he echado unas cuantas fotos a la basura y quemado algunas cartas en fogatas, pero no por rencor, si no porque ya no aguanto el frío


las sábanas están cada vez más limpias y ya casi no quedan rastros en ellas