17 de octubre de 2008

2

Abajo y a la Izquierda

“tal vez necesitábamos un Che Guevara” dijo César, mientras yo lo ignoraba.

(Y yo sólo puedo pensar que te necesito a ti… estúpido, estúpido).

“…sólo eso puede explicar su éxito”, continuó, solemne y reflexivo.

“pero no su fracaso”, respondo yo, dizque muy ácido.

“es que no lo han matado. Se quedó vivo el muy imbécil, en su selva. Y créeme, si lo matan (o ya lo mataron –piensa-), no nos vamos a enterar”

tienes toda la razón, y me vale madre. Ahora vamos a empezar a hablar de otras cosas; política, política y más política. En el mejor de los casos, hablaremos de música, de películas, de cine y nos empezaremos a burlar de los asistentes y los organizadores del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), especialmente de los que llevaban gaffete hasta para ir al baño. Pero yo sólo quiero hablar de ti.

por fin salgo del bar, ebrio y solo otra vez. Llegó su novia y se fueron a otra mesa a tomar; yo me negué a acompañarlos, como es natural. Tomé solo cerveza tras cerveza (no soporto la cerveza) en la mesa que está junto a la ventana, mirando la calle con una expresión que me imagino estúpida. Me fui cuando empezaron a poner Reggae y comenzó a oler fuertemente a mota, como todos los viernes. Me despedí de Juan y de su novia y me bajé a caminar, a que me diera el aire en la cara pero apenas llevaba dos cuadras y me encontré con dos asaltantes. Los saludé lo más cordialmente que pude antes de que me rompieran la madre.

***

los relojes que tengo en mi casa se están volviendo locos. Tengo tres y ninguno tiene la hora correcta. Por la mañana, cuando prendo la tele para ver los noticieros me confirman que me engaño, pero ellos también me engañan en todo lo demás así que no confío en su hora atómica, tampoco. Entonces, después, cuando llego tarde a todos lados; no sé como pero me entero que llegué tarde, que estuve despierto toda la noche; me veo en el espejo y sospecho que me desvelé.

junto a un escritorio que me presta choco hay un montón de basura que no es mío, pero que me recuerda muchas cosas. Luego, más allá, hay un montón de periódicos viejos (hay que recordar, para poner todo en perspectiva, que los periódicos envejecen en un día) que hoy sólo uso cuando se inunda la casa, que también me hacen pensar en ella, junto a unos guantes de portero que nunca usé porque no me quedan y junto a una pelota de juguete que está sobre mi morral que llevo a la escuela y a todos lados, lleno de hoyos y siempre más o menos vacío, está un montoncito de polvo, estático, imperturbable por el viento como una piedra, que dejé ahí la última vez que intenté limpiar este desastre, que parece un montón de cenizas tristes.

[la sangre seca, leal, sigue en mi playera. Una y otra vez la he lavado pero el cloro despinta todo menos la mancha que cada vez está más guinda. No sé como entré a la casa ese día, mis llaves estaban perdidas, el patio inalcanzable, la luna la miré sólo porque me acordé de un mensaje que me mandó hace dos años; que si ya había visto la luna].

***

Introducción

fotos. Tengo algunas fotos contigo. Una en especial donde me alejas de ti con una sonrisa (me confunde que me tomes de la mano, me confunde que no me tomes de la mano, me confunde tu compasión, tu estúpida piedad y tu sonrisa cuando hablas conmigo pero miras a otro lado). Tengo unas ganas locas de hablar de ti, más o menos de hablar contigo.

wasted