30 de diciembre de 2009

el fin de año

me hace sentir cerca, bien cerca de

la extraño, la necesito, siento, literalmente, como me voy desintegrando; puedo percibir, casi mirar como cada una de mis células muertas deserta y se va cayendo, flotando, lejos de mí.

estoy en el trabjo leyendo a Bukowski ahora, acabo de terminar un libro de Haruki Murakami que casi acaba conmigo pero al final como no me destruyo me hizo más fuerte (supongo), mientras una a una, mis células muertas abandonan el barco como ratas.

"las ratas de amor del barco ya son submarinas", decía un poema de no sé quien que recitaba su autor al principio de una canción de San Pascualito Rey, de la que me estoy acordando mucho estos días en que mi piel se cuartea, literalmente y me deja ver mis llagas en la superficie, y yo me les quedo viendo porque parecen como ríos secos de sangre.

sangre, necesito beber un vaso de agua, antes de desmayarme, necesito olvidarme de ella cinco minutos, nada más cinco minutos, para poder pararme de esta silla y no tener que necesariamente irme arrastrando hasta el garrafón, total, nada más voy a beber agua (y me imagino sentado en el piso, mirando hacia arriba).