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son las dos de la mañana y siento que estoy a punto de perder mi trabajo, y a mi me gusta mucho mi trabajo; pero tampoco me alarmo, siento que voy a perder mi trabajo por lo menos dos veces por semana, así que sólo sigo a lo mío.
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hoy, hoy no fue un buen día, abrí demasiado los ojos y no me gustó lo que vi: miedo por todos lados, miedo como mierda embarrado por las paredes, y que me había salpicado a mí.
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volví a cerrar los ojos y de nuevo, estoy en mi oficina a las dos de la mañana. Miro a mi alrededor, concentrado sólo en los monitores y de repente me doy cuenta, me gusta mucho mi trabajo, me encanta estar aquí a esta hora.
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pero ya no voy a esperar a nadie, así no se llega a ningún lado, el que quiera venir puede acompañarme pero debo advertirle: soy muy antipático; no me gusta tanto la cerveza, me gusta ella pero mi sabor en realidad no la llena y saber eso, ya, sin tantas dudas, me hará en verdad un ser aún más insoportable de ahora en adelante.
