27 de noviembre de 2010

4 episodios

amo mi writemonkey.

amo mis letras a lo matrix, hay algo de extraño en este ambinte que te pone todo en perspectiva, como en bandeja de plata, no sé, listo para el remate; y lo único que tienes que hacer es fallarla.

más fácil no se puede.

escoge pues tu veneno: Sabines, Benedetti; o Neruda si de lo que se trata es de recurrir a los clásicos.

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yo ahorita estoy muy urbano, muy chilango, muy revolucionario podría decirse, especularse (porque en este punto de la historia no se puede hacer más, decir algo más sería irresponsable) así que prefiero a Jaime López, millonario e indefendible ahorita, sí, pero al carajo ahorita, que tú y yo, no me jodas ni me mientas, vivimos de recuerdos amargos, nena, que te envenenan pero no te matan, no te matan. Tres metros bajo tierra, escárbale bien, tres metros allá abajo, del árbol aquel, están los huesos de nuestro amor--

algo así. Pero insisto, ahorita todos son especulaciones, mentiras prácticamente.

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la crónica fácil de leer, sobre un día cualquiera. Me levanto tarde, la recuerdo temprano y no hago otra cosa que pensar en ella hasta que el café o el té me ayudan a despertar y entonces sólo quedan la incertidumbre y el ridículo de una ilusión no correspondida, de un amor que nace bien muerto, listo para el olvido y eso entonces duele más. Pero se puede ver fácilmente como se aferra, y es que aún durante el desayuno--

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la cena, me pregunto si sería demasiado decir, contar, presumir lo que comimos y por donde caminamos. Lo mucho que admiraba su estilo de bailar, de decir las cosas y sobre todo de sonreír, sorprendiéndose tan de cualquier cosa; esas cosas que le hacen a uno creer que todo es así, de fácil bonito e inesperado. Me gustó abrazarla. Pero me convenzo que es mejor mantenerlo todo en secreto hasta que la situación sea insostenible y esté por lo tanto más clara.