18 de diciembre de 2010

sociedades secretas uno y otros dos episodios

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supongo que lo que estaban esperando era la inspiración. Después de un rato, en comité, se cansaron de esperar y se largaron a buscarla, separándose para cubrir más terreno. Y con este frío aquello era una temeridad, más que una valentía. Es bien sabido que la compañía humana siempre es una fuente de calor inagotable, aunque entre sí y en secreto esas gentes que se acompañan se detesten. El caso es que se largaron en medio de la noche y el frío a buscar la inspiración que no había llegado; cansados, por fin se perdieron y esperaron pacientemente a que amaneciera para encontrarse.

de repente estaban todos en un bosque, en una calle obscura o irreconocible, extraviados en la cama de una prostituta o de una adolescente confundida, borracha y descubriéndose de repente enamorada, en un hotel tan barato y tan triste que las patas de la cama de verdad no necesitaban estar tan rotas, las sábanas tan sucias, la luz de la calle tan naranja, los besos ser tan largos, el alcohol tan barato y la atmósfera tan desesperada, como de un día de invierno nevado, de una noche de tres días llena de vampiros.

y ya no pudieron desenterrar nada, redescubrir nada y simplemente se quedaron con sus manos llenas de la desolación del poeta, de los niños de primaria enamorados de su maestra, pero sin el tango, por decirle de alguna manera.

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crónica, otros dos párrafos.

supongo que lo que estaba esperando era ser una fuente inagotable de inspiración y pesadillas hermosas, como sus besos, que da como si mordieras uvas y sus manos que usa entre otras cosas, para arrancar el pasto. Y de repente ya es tarde... es tarde para mí que ya se me fue el camión y todo por estarme mirando mis manos resecas, casi descarapeladas y quemadas y ponerme a recordar y a fantasear, que tanto que me encanta cuando me aburro la realidad.

como es Jueves, me acuerdo de la canción que no es de Sabina pero que canta Sabina donde los jueves son cobardes, parecen martes y no se suben ni los pantalones. Y me acuerdo, claro, del sueño que me da la cerveza mientras por fin logro subirme a un camión y me olvido de ella y me pongo a pensar en si valdrá la pena sacar mi libro, total que el trayecto ni es tan largo y recordarla hace que me de una sensación como de que nada importa y de que no voy a terminar de leer ni un capítulo y entonces para qué, el trabajo, la vida, mierda que como soy exagerado y por fin saco mi libro sin muchas gans y comienzo a leer, distraídamente, ya levantando la mirada ya olvidando lo que decía la página anterior y teniendo que volver a releerlo todo, para desenmarañar recuerdos, descubrir mentiras piadosas donde antes había un como dejo de crueldad y ahí estoy, incorregible, de nuevo recordándolo todo. Cierro el libro que ya casi llego a mi destino. Risa irónica, medio estúpida--

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simplemente no podía abandonarla: podía perderse en ese lugar gigantesco y en medio de esa multitud-turbafuriosa, y si se pierde no volvería a verla; ella es tan pequeña y tan frágil, ya lo he mencionado una y otra vez, una y otra vez, todo el tiempo, parezco disco rayado o adolescente enamorado y olvidadizo staying up all night, pero no podía dejarla ir sola, su seguridad entonces se convirtió en el pretexto perfecto para visitarla en su casa, tocar el timbre y preguntar por ella y mientras esperaba a que saliera, pensar que le iba a comprar; nada, en ese lugar nada, si de lo que se trata es de seguir buscando pretextos para seguirnos encontrando en lugares comunes y no de ayudar a la piratería, que los parques del mundo, los cafés y las cervezas han quedado reducidos a un papel secundario, de meros pretextos.

I don't want to say,
What I have to say,
Babe I'm a' kicking off now.
If you wanna go,
I'm gonna go,