13 de noviembre de 2011

El diablo, el Manicomio y el Amor.

"soy el diablo, pues, para que me conozcas a estas horas de la madrugada", se presentó el diablo. "Y vengo a hacer que te enamores", advirtió. "El amor", comenzó a explicarme, "es simplemente parte de una conspiración mundial orquestada por todas las fuerzas malignas en conjunción con las de la locura, que siempre están del lado del postor que les de la gana, enfocada en hacer que a todo mundo le salgan mal las cuentas, pinte mal aquella casa o se le olvide sacar la basura y cortar el pasto, se tropiecen aquí y allá y se les olvide bajarse donde deben del camión".

por supuesto, no le creí. Al diablo no puedes creerle nada y de todos modos me enamoré. Plenamente convencido de que mi capacidad de enfoque y concentración me sacarían adelante durante mi enamoramiento.

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le gustaban Benedetti, Sabines y Harry Potter, además de un poeta no tan obscuro como es Oliverio Girondo. "Tu nariz sí que ganaría el primer lugar en una exposición de zanahorias", me decía, por ejemplo, cuando besaba mi nariz enorme con toda su boca y todos sus labios. "Cuidado, por favor", decía yo, "que me vas a sacar los mocos", razonando estupendamente.

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you've been tryin' to reach me,
you bought me a book
To be lost in the forest,
to be quite adrift

siguiendo con lo del diablo, al final de la madrugada, ya de mañana, estaba yo plenamente convencido de que todo el episodio no se se trataba de otra cosa que de una alucinación. Una representación enferma que hacía mi mente de mi miedo a enamorarme en un manicomio.

un manicomio, razonaba en mis peores momentos, es el peor lugar posible que puede existir para enamorarse. Es, igual, casi o peor de malo que una oficina de gobierno o una escuela de bellas artes (las carreras de danza, teatro y canto son especialmente peligrosas) para un contador como yo.

el diablo era mi mente haciendo un último intento desesperado para que fuera precavido, miedoso, razonable. "Si te enamoras", me decía, "nunca te vas a curar de esta ezquizofrenia; vas a estar loco para siempre. No vas a comer bien ni poner atención a lo que te digan los doctores y las enfermeras y olvidarás tomar tus medicamentos. El amor es inmune a todas las medicinas e incluso a la lobotomía ¿sabes?. Estarás perdido, encerrado para siempre en estos muros blancos, soñando siempre con ella que es, la verdad, muy bonita".

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así como a las mujeres que son lectoras les hace muchísimo daño leer novelas de Jane Austen, creo que lo que a mí me perjudicó más fue leer, a la tierna edad de 21 años, el cuento de "cual es la onda" de José Agustín, y estar buscando siempre a mi Requelle la Belle, soy fea, fea, fea, aunque nadie me lo crea y saz, te muerde el tobillo.

"soy el diablo", insistió, ególatra,"y más te vale que me creas, enamorarse es del diablo. De mí. No de idiotas, no me ofendas. Que te quede claro que si te enamoras vas a estar de mi parte y ya mejor no vayas nunca a la iglesia, siempre que no sea a hacer el amor".

"habría que pensarlo", le dije, "ir a la igleisa a hacer el amor".

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